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El huracán Otis golpeó Acapulco, México, con vientos de hasta 270 kilómetros por hora el jueves 25 de septiembre. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, emitió un llamado a los habitantes del estado de Guerrero, donde se encuentra la ciudad de Acapulco, instándolos a buscar refugio e informándoles sobre la nueva estrategia de seguridad del Cuerpo de Marines.
Los huracanes de categoría 5 se caracterizan por vientos fuertes capaces de destruir edificios y árboles, así como derribar líneas eléctricas. A las 2:25 a.m., hora de Nueva York, que corresponde a las 3:25 a.m., hora de Brasilia, Otis tocó tierra con vientos medidos a 270 kilómetros por hora.
Según las proyecciones del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, el huracán Otis tiene el potencial de generar una tormenta catastrófica en tierra, con vientos fuertes e inundaciones costeras, especialmente en los estados mexicanos de Guerrero y Oaxaca.
Existe la posibilidad de que todas las áreas metropolitanas se vean inundadas, aunque el riesgo es mayor para las viviendas construidas en terrenos más altos. La organización estadounidense también advierte que los cortes de energía causados por la tormenta podrían durar semanas o meses, lo que haría inhabitables las áreas afectadas durante ese tiempo.
En las últimas 12 horas, los vientos de Otis han aumentado en 130 kilómetros por hora, la tasa de aumento más rápida registrada en el océano Pacífico oriental desde el inicio de la monitorización por satélite en 1966. Estos datos provienen del meteorólogo Philip Klotzbach, quien también destacó que la temporada de huracanes en el Atlántico de 2023 está muy por encima del promedio, un 155% por encima del promedio de 1991-2020. Según la actualización más reciente en el sitio web de la organización, se informa que Otis desapareció alrededor de las 16:00 hora local, o las 18:00 hora de Brasilia.
